lunes, 25 de noviembre de 2013

Viuda y pobre

*... Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos monedas de cobre, y dijo: " Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir."*
Lucas 21, 1-4


Señor Jesús, Maestro mío: También soy viuda y pobre, hazme generosa como la del Templo. Hazme capaz de dar aun lo que necesito. ¡Aumenta mi confianza en tu Providencia! Amén




domingo, 24 de noviembre de 2013

Morar en tu Reino

* ... Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo". 
Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".  Él le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Lucas 23, 39-43


Señor mío y Dios mío: Tú me conoces, conoces mis flaquezas, mis caídas, mis traiciones, en fin... Tú SI sabes quién soy, por ello clamo tu misericordia a Ti, Rey del Universo, que teniendo tanto amor por él, diste gratuita y generosamente tu preciosísima Vida para salvarlo. Señor, ten piedad de mí y también concédeme morar en tu Reino. Amén


sábado, 16 de noviembre de 2013

Súplica

*En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso una parábola: "Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía decirle: `Hazme justicia frente a mi adversario´..."*
Lucas 18, 1-8

Dulce Maestro: así como, con tanta paciencia, enseñabas a tus discípulos enséñame a mi a serte fiel y perseverante en la oración. Sé que soy reiterativa, siempre pidiendo por mi familia, por los miembros de mi Orden, por la paz en el mundo, por mi Patria... pero, Señor, no tengo más que pedirte pues teniéndote a ti nada me falta, sólo Tú bastas. Amén

lunes, 11 de noviembre de 2013

Piedra de moler

* Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de escándalo, pero ¡ay de aquél que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de moler sujeta al cuello, que ser ocasión de escándalo para estos pequeños. Por lo tanto ¡tengan cuidado!* 
Lucas 17, 1-3


Señor mío y Dios mío, fui, soy y seré una pecadora. Te suplico que me ayudes a tener cuidado, como nos lo enseñas, y que nunca un yerro mío sea para escandalizar a mis hermanos. Gracias, Jesús, en Vos confío.







lunes, 4 de noviembre de 2013

Condición

* Jesús dijo también al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, hermanos, parientes o vecinos ricos, porque ellos a su vez te invitarán a ti y así quedarás compensado. Cuando des un banquete, invita más bien a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. ¡Qué suerte para ti si ellos no pueden compensarte! Pues tu recompensa la recibirás en la resurrección de los Justos."
Lucas 14, 12-14



Señor, Tú bien sabes mi condición. No puedo ofrecer banquetes ni comidas. Pero soy muy rica en Ti, por lo que te ruego me concedas que con mi oración pueda invitar a los pobres del mundo a conocerte, a participar de tu banquete. Gracias Señor, sé que escuchas mi súplica. Amén.





domingo, 3 de noviembre de 2013

Porque también soy pecadora

*En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo impedía porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un sicómoro para verlo cuando pasara por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.*
Lucas 19, 1-5



Señor Jesús, yo, como Zaqueo quiero conocerte de verdad, no de oídas. También soy baja porque como él soy pecadora, pero a pesar de ello, en tu infinita Misericordia, una tarde detuviste tu amorosa mirada sobre mí y llamándome por mi nombre me dijiste que querías alojarte en mi vida. Por ello me animo, una vez más, a pedirte que aumentes en mi corazón las ansias de estar a tu lado, de conocerte, de entablar la mejor amistad Contigo, que yo se bien que Tú me amas. Señor, como Zaqueo, te recibo con la más infinita alegría y también seguiré imitándole tratando de enmendar los errores de mi vida. Amén.