*...Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos se postraron ante Él. Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén, y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios.*
Lucas 24, 50-53
Señor Nuestro tan Amado, te aseguro que no envidio para nada a tus Apóstoles y discípulos, pues si ellos volvieron a Jerusalén llenos de gozo, yo regreso a mi hogar llena de alegría, de amor, de paz y sí... llena de gozo, después que te he recibido en el Santísimo Sacramento del Altar, y me sé bendecida por Ti cuando al terminar la misa el sacerdote, en tu Nombre, nos bendice como tú lo hiciste ese atardecer en Betania.
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