Y escucho en mi corazón:
- Sí, eso te pido. Nada más ni nada menos. ¿Acaso no perdoné yo a quiénes me mataron? ¿Acaso no perdono yo a todos los que me ofenden, me blasfeman, me asesinan en los abortos cada día? Dime, creatura, ¿acaso no he perdonado Yo todos tus pecados?
Y bajando mi mirada, avergonzada, te digo:
- Sí, Señor, por amor de tu Nombre los amaré con mi oración, pidiendo su arrepentimiento y su conversión. Pero, Señor, no será fácil, así que, por favor, ayúdame... ¡dame un corazón que sepa amar como el tuyo!
Gracias, Jesús, te amo.
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