Señor mío y Dios mío: Sí, como Juan el Bautista, yo me alegro sin reservas. Tú me has querido dar una tarea en particular: orar por tu Novia y por tus elegidos y yo, Señor, guardo el sonido de tu voz de enamorado diciendo en mi corazón tu encargo y hago lo que Tú me dices. Te doy gracias por considerarme tu amiga, me alegro de haberte sabido escuchar y me quedo a tu lado, orando en silencio con todo mi corazón. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario