lunes, 26 de enero de 2015

Atenta escucha

Señor mío, muy amado:
Estoy dispuesta a proclamar el Reino. Te pido: dame oídos atentos para escuchar las inspiraciones del Divino Espíritu, habitante continuo de mi corazón, para poner en mis labios o en mis escritos lo que desea que transmita a todos aquellos que desean encontrarte.
No olvides mi pequeñez e inutilidad. Gracias, Señor; te adoro.







No hay comentarios:

Publicar un comentario