domingo, 24 de marzo de 2013

Discípulos fieles

*...Luego llevaron el asno donde estaba Jesús y, poniendo sobre él sus mantos, lo hicieron montar. Mientras Él avanzaba, la gente extendía sus mantos sobre el camino. Cuando Jesús se acercaba a la pendiente del monte de los Olivos, todos los discípulos, llenos de alegría, comenzaron a alabar a Dios en alta voz, por todos los milagros que habían visto.*


Mi Señor, mi Rey, mi Todo: Estoy a dos mil años de distancia de ese anochecer en Jerusalén. En estos días soy testigo de la euforia que despierta en la gente tu nuevo Vicario en la tierra. Nuevamente se escuchan gritos de alegría y me pregunto ¿cuánto durarán esta vez? Si cuando eran para Ti, callaron rápida y vergonzosamente, aún las voces de tus apóstoles, a excepción de Juan, ¿cuánto demorarán en callarse, esta vez por comodidad, por acedia o por indiferencia cuando él tenga que enfrentar dificultades, persecuciones solapadas? Porque, como tú lo dijiste:
"Un discípulo no está por encima del maestro, ni un siervo por encima de su señor."  Así que es de suponer que deberá enfrentar dificultades, tal vez grandes o quizá pequeñas, pero que seguro existirán.
Danos, Señor, un corazón más valiente, comprometido y fiel que el de aquellos discípulos que te acompañaron y fortalécenos para permanecer a su lado cuando cumpla tu perfecta y santa Voluntad, aún cuando no sea comprendido.




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