domingo, 21 de julio de 2013

Si no soy...

* Siguiendo su camino, entraron en un pueblo, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. Mientras tanto Marta estaba absorbida por los quehaceres de la casa. En cierto momento Marta se acercó al Señor y le dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude." Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada."
Lucas 10, 38-42


Mi Señor, mi Todo: Ya Tú sabes muy bien que si no soy María, por la mañana bien temprano, no puedo ser Marta durante el resto del día. Pues si me falta el alimento que me das por medio de la oración y la lectura de tu palabra, me siento perdida. Como barquita sin timón y sin brújula. Así que para poder ser una, sin discusión debo de ser la otra. Bien dijo mi Santa Madre Teresa de Ávila: 
"Sólo Dios basta". 






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