domingo, 27 de abril de 2014

¡Señor mío y Dios mío!

*Después (Jesús) dijo a Tomás: "Pon aquí tu dedo, aquí están mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe".
Tomás respondió: "Señor mío y Dios mío". 
Jesús replicó: "Crees porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".*
Juan 20, 27-29


Mi Señor, Mi Dios, mi Todo. Gracias por la fe que has depositado generosamente en mi corazón. Gracias por haberme mirado. Gracias Señor, por tu infinita Misericordia. Sigue, Dulcísimo Jesús, llamando con insistencia a los Tomases del mundo de hoy, que son muchos, y danos a nosotros
 tus siervos inútiles, las gracias suficientes para ser los portadores de tu Palabra y tu Amor. Amén




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