martes, 3 de febrero de 2015

Toqué tu manto

Señor mío:
¡Cuántas veces toqué tu manto, a tu espalda, temerosa de tu mirada! Sabía de mi suciedad, era como la hemorroísa, pero yo destilaba pecado... y sin embargo me miraste y también me limpiaste y sanaste como a ella.
Gracias. Te adoro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario