viernes, 22 de febrero de 2013

El susurro del Padre

*Jesús les preguntó: "Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?"
Pedro le contestó: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo."
Jesús le replicó: "Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer."...*
Mateo 16, 15-18


Señor mío y Dios mío: Hace muchos años, cuando hice mi Convivencia con Cristo, los servidores que hablaban en tu Nombre, oraron por cada uno de los asistentes. La última noche nos dieron una nota con un palabra tuya a cada uno según, dijeron, les inspiró el Espíritu. En el mío decía:  "Feliz de ti, María Cristina, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos." Esta lectura siempre me recuerda aquella emoción ¡el Padre que está en los cielos me susurró tu Nombre desde la cuna! Tú bien sabes, Amado mío, que no provengo de una familia que se destaque por su religiosidad. Mi madre, huérfana a los seis años, sólo te conoció de pasada, mi padre se marchó pronto, por lo que sólo me queda aceptar lo que escribieron aquellos servidores. Aún guardo la preciada nota, y lo haré mientras viva. De la misma manera que, hasta que exhale el último suspiro, he de pertenecer a la única, santa, católica y apostólica Iglesia. Amén




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