sábado, 1 de marzo de 2014

Dame un corazón de niña

*Algunas personas presentaban a los niños para que los tocara, pero los discípulos les reprendían.
Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: " Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará el él."
Jesús tomaba a los niños en brazos e, imponiéndoles las manos, les bendecía.*

Marcos 10, 13-16

Dejad que los niños vengan a mi. Van Dick. Óleo. National Gallery of Canada 

Señor mío, muy amado: Como los niños en receso escolar, he hecho un breve paréntesis, pero como ellos he regresado a Ti como ellos a sus golosinas. Hoy tu palabra me ha situado en el lugar de los apóstoles. Sí, porque muchas veces, en mi interior, he renegado de los pequeños que hablan o corren, o saltan sobre los bancos o interrumpen de alguna otra manera el silencio que yo (indebidamente) creo que es necesario guardar en la Santa Misa, y pido a sus santos ángeles custodios que les hagan callar y estar quietecitos, cuando debiera alegrarme que ellos se sientan en tu casa como en la suya propia. ¡Oh, Señor, cuán lejos estoy de ser pequeña! suplico tu ayuda para volverme como ellos, pues mi único anhelo es algún día estar "para siempre, siempre, siempre" adorándote en el Reino Celestial. Amén




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