sábado, 8 de marzo de 2014

De tu mano

* Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son las personas sanas las que necesitan médico, sino las enfermas. No he venido a llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan".*


Gracias, Señor mío, porque estaba perdida y me rescataste, porque estaba enferma y me sanaste, porque soy débil y tentada y Tú me tomas de la mano y no me sueltas. Abrázame así, Jesús, y sostenme. Amén.


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