viernes, 1 de marzo de 2013

Gracias, Papá

*"...un propietario plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar y levantó una torre para vigilarla. Después la alquiló a unos labradores y se marchó a un país lejano."*
Mateo 21, 33



Papaíto Santo: Pusiste en mi alma tu amor, tus enseñanzas, tu misericordia y me enviaste a éste cuerpo donde habito. Soy torpe, Señor, la he descuidado muchas veces, he desoído tus advertencias, y olvidado el amor que sembraste en mí. Digamos que, casi se pierde tu precioso viñedo, o estaba para dar vinos agrios. Pero, por tu gran Piedad, has mandado a mi vida al mejor Labrador, que enderezó el tronco, podó las ramas inútiles, dio vuelta la tierra a mi alrededor y la fertilizó con su Preciosa Sangre. Ahora no sé si daré abundantes frutos y vino, pero sé que no serán podridos, ni agrios sino ricos en misericordias y dulces a los que tienen sed. Gracias, Papá.



No hay comentarios:

Publicar un comentario