viernes, 19 de abril de 2013

Vida Eterna

*"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna... permanece en mí y yo en él."*
Juan 6, 54-56



Jesús mío, mi Esposo y Dueño, aún permanece en mí la maravillosa estupefacción que se apoderó de mí el día que me hiciste comprender estas palabras tuyas. Recuerdo como si fuese en este instante que entendí en mi interior que no dijiste "tendrá" sino "tiene Vida eterna". Eso es ya, cuando te recibo en la Sagrada Hostia, cuando penetras en mi alma con tu preciosa Sangre. ¡Oh, Dios mío! no puedo, por más que lo intento, llegar a describir la grandiosidad de esos minutos y sólo puedo, como siempre, murmurar en silencio: Gracias, Señor, por dignarte bajar a mi castillo interior. Amén









No hay comentarios:

Publicar un comentario