lunes, 14 de enero de 2013

Ven... sígueme

Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme... Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron.
Un poco más allá vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos... lo siguieron.  
Marcos 1, 16-19 


Señor mío y Dios mío: También pasaste aquella lejana e inolvidable tarde por mi lado. Y también me miraste, profundo a los ojos, esos maravillosos ojos que jamás olvidaré. Y no viste mis miserias, mi fango, sólo me miraste y sin que dijeras palabra alguna, sentí la urgencia de abandonarlo todo y seguirte. Y así lo hice y así lo volvería a hacer infinitas veces. Porque abandonando todo, gané TODO, y por primera vez en mi vida me sentí amada. Y siguiendo tus huellas, encontré mi camino, como tus discípulos. Gracias por llamarme, Jesús, mi amado y mi TODO.



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