sábado, 9 de febrero de 2013

Un lugar retirado

* Al volver los apóstoles adonde estaba Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.  Jesús les dijo: "Vámonos aparte, a un lugar retirado, y descansarán un poco".
Marcos 6, 30-31


Señor mío y Dios mío: Cada jornada vengo feliz a contarte lo que hice y viví, ora contenta, ora triste, o preocupada. Siempre a hablarte las necesidades de mis herman@s del mundo, los hijos y nietas que me diste; las vivencias de la Iglesia, de los sacerdotes. Y tú, que ya sabes todo puesto que inhabitas mi alma, me llevas a tu lugar retirado y me permites reclinar mi cabeza sobre tu corazón mientras me escuchas y embargas mi alma de la dulce sensación de estar contigo.  Y, entonces, ya no soy como una ovejita sin pastor, cansada y perdida, sino la hija querida que guardas en la palma de tu mano. Gracias, Señor, por ser mi Amigo. Amén



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