domingo, 3 de febrero de 2013

Mirando hacia lo interior

1) Hermanos: el amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, se complace con la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.

2)... Y decían ¿No es éste el hijo de José?... Todos en la sinagoga se indignaron al oír estas palabras; se levantaron y lo empujaron fuera de la ciudad...


Señor mío y Dios mío: Hoy, escuchando las lecturas en la Santa Misa, en mi pensamiento saltaron las preguntas inmediatamente. Me decía mi voz interior: ¿y yo... que tan paciente y servicial soy? ¿mi ego no crece tapando todo, buscando sobresalir interesadamente? ¿me alegra la verdad aunque no se ajuste a lo que yo creo que es tal? ¿Realmente soy capaz de perdonar o soy de las que miento diciendo "Ah no, yo perdono... pero no olvido"? ¿Verdaderamente todo lo espero de Ti o al final obtengo lo que sea por mis medios no siempre santos? ¿Soy capaz de perdonar a quienes me ofenden o cuando los veo me cruzo a la vereda de enfrente para no encontrarlos? 

Y pensando tu Palabra me pregunto, también a mí misma, si no prejuzgo a quienes se me acercan o a los que comparten este caminar viviendo, pensando ¿cómo van a saber más que yo, cómo me quieren enseñar si yo l@s conozco, si yo llegué antes, o estudié más, o tuve una vida más "perfecta"?
... No sé, Señor... ayúdame a escudriñar mi corazón. Amén.




No hay comentarios:

Publicar un comentario